Ayer y hoy...

Y de a poco se fue cerrando. Aquella obertura… el pequeño espacio que fue abierto para amar se clausuró. Siempre con temor al porvenir, siempre con las dudas… un corazón en angustia con miedo a entregar más de si se impuso una coraza de protección para evitar los errores, eliminando ser herida… pensando sólo en sí misma, dejando atrás la confianza en el amor que estaba comenzando a nacer en ella.

La inseguridad le hacía parecer como un delgado y fino cristal, que ante un pequeño golpe se hace trizas sobre el suelo… no tenía certeza de nada y a cada instante en sus pensamientos rondaban las ideas sobre cómo entregar amor… se sentía torpe pero a la vez frágil, como una niña que debe ser instruída para aprender a vivir en la vida.

Temía develar sus sentimientos… sentirse descubierta y que alguien utilizara el poco aliento de vida que restaba en ella… se fue cerrando… guardó aquel amor que sentía a causas de sus temores, se autoimpuso fortaleza y continuó viviendo, negándose a sí misma la posibilidad de amar y ser amada.

La vida seguía su camino… extraño y confuso andar. Escogido el temor trajo consigo una constante de melancolía en su vida… de pérdida, insatisfacción y disconformidad… no sabía de riesgos, no dio libertad a sus sentimientos, los guardó como cuál tesoro de antaño que no quiso ser descubierto, lo cual sólo incrementó en su vida una profunda sensación de tristeza… se fueron los motivos, se fue apagando la luz que iluminaba su rostro.

Parecía absorta… todo se nublaba a su alrededor, se sentía egoísta por intentar dar seguridad a sí misma en base a una decisión equivocada… el fracaso se apoderaba de su vida y el sentimiento de culpa era insaciable… para continuar viviendo sólo recordaba… otorgó libertad a que las lágrimas lleven consigo el dolor que no daba tregua a su alma… y la imaginación…aquella le otorgaba ilusión y pequeñas esperanzas en que podría regresar a un tiempo pasado para cambiar de decisión… pensaba en el ayer con tintes positivos, pensaba en el ayer con la figura de aquél dispuesto a comenzar de nuevo, pensando en el ayer con su silueta esperando tu regreso, para que ambos emprendan un nuevo rumbo… un sendero distinto. Estaba esperanzada… rebosante de ilusión.

Durante largo tiempo rastreaste sus huellas… corriste hacia su encuentro cegada por la ilusión, fiel a tus sentimientos llamaste a su puerta- constante, perseverante-…pero él no respondió, él no esperó… afirmó haber dicho la última palabra y se había marchado junto a un nuevo camino, un camino que tú le enseñaste… y que de acuerdo a sus convicciones… sanaría las heridas del ayer.

Hoy te encuentras allí… sentada en un rincón de tu habitación, piensas en la vida y sus ironías… tus labios esbozan una sonrisa y tus cejas se levantan de asombro cada vez que recuerdas los momentos, ya no quieres volver atrás… el paso del tiempo paulatinamente se ha llevado consigo los errores del ayer y el correr de las aguas ha limado las asperezas que provocaban tanto dolor en tu vida. Por momentos pensaste en lo difícil que sería para ti volver a sentir, incluso te negabas a querer… intentando ignorar lo que sucedió. Hoy te encuentras sola… tranquila, tienes la intención de dar cabida a nuevos sentimientos en ti… sólo que prefieres continuar por breves momentos en serenidad… dejando que la brisa del viento acaricie tu mejilla y que tus sentidos palpen la riqueza que hay en ti… riqueza que estás dispuesta a compartir si encuentras seguridad y sinceridad.

Esta melodía acompañó mis pensamientos...